domingo, 25 de septiembre de 2011

quiero ser una tortuga bebé

...te digo que ahora todo me resulta
un ataque de vida,
y en tus ojos lo único que cabe
es aún la necedad.
Me gustaría saber qué sentís
ante este abuso del lenguaje.
Porque, dejame pensar,
¿No es esto un ultraje en verdad?
Nos pasamos la vida escribiendo
interminables tapetes de colores
metáforas y albures constantes
y ni siquiera usamos la voz
¿Gritaríamos amores?
¿Escupiríamos verdades?
¿Callaríamos fracasos?

Como tortugas bebés
buscamos el mar,
que avanza, se escapa como siempre.
Me pregunto si este lugar innombrable
que nos acercan como dulce selecto
es el mar profundo que queremos.
Si acaso no será un espejismo
que se posa en nuestros ojos
para hacernos confundir.
Resulta que un feliz tortugo ríe
en la cresta de la ola.
Nosotros, perros del deseo,
peleamos por el hueso
que el tortugo arrojó desde el mar.