martes, 5 de febrero de 2013

Oscurantistas actuales


La verdad, no sé por qué le pusieron Clara. Ella es tan oscurantista. Salvando las distancias con los detractores del Iluminismo, por supuesto. ¿En qué sentido, entonces? En el sentido que no quiere enterarse de las cosas como son. Le ha caído una noticia como un balde de agua fría. Se ha quedado atontada con una mirada, sí, la del compañero que la ha mirado, valga la redundancia. No ha querido pensar que tiene ojos para otra. Los ojos no son de nadie, le dije,  y le recordé que ella cada tanto se veía con su ex. Pero igual, ella me pone como excusa que está dejando la relación, que está abierta a una nueva relación.
"¡Para qué desperdiciar miradas que sugieren!?" me gritó tan fuerte que pensé que todos se daban vuelta en el café en el que estábamos. Por suerte, había mucho bullicio y casi nadie se percató. Apenas se dio vuelta el viejo de la mesa de al lado.
"No todas las miradas son concluyentes" le dije, y le expliqué que uno miraba miles de veces hasta sentirse respondido en una mirada, y ahí venían otros gestos, situaciones corporales, y demás.
La cuestión es que vio al compañero con su novia, paseando por su barrio, su barrio tranquilo, su refugio de paz (sí, ya sé, suena muy cursi) Parece que tenía un familiar que visitar, o algo así, no interesa. Pero es cierto, cuando uno no quiere enterarse, no quiere enterarse, prefiere vivir en la fantasía y no tener nada que ver con la realidad. Nada que ver. Y menos en su lugar personal selecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario